Aug
22
Arrepentirse también es amar
Magdalena penitente. Pedro de Mena. Museo del Prado.
Señor, Tú sabes que la inmensa mayoría de las veces, ando rehuyendo tu cruz. Y aún así me soportas y no me abandonas. Sé que mi vida es un continuo tentarte, una llamada continua a tu misericordia. Día tras día, compruebo y lamento mi debilidad.
Pero, día tras día, tú pagas mi arrepentimiento como pagarías el amor. ¡Parece que te da igual! Yo no quiero seguir arrepintiéndome, quiero amarte y demostrártelo, quiero tomar la cruz que me tiendes amorosamente cada día, pero soy tan débil... Tengo vocación de guerrero, pero a la hora de la verdad, casi siempre me falta el valor, y cuando no me falta, es porque Tú me lo das todo.
Señor, Tú sabes que la inmensa mayoría de las veces, ando rehuyendo tu cruz. Y aún así me soportas y no me abandonas. Sé que mi vida es un continuo tentarte, una llamada continua a tu misericordia. Día tras día, compruebo y lamento mi debilidad.
Pero, día tras día, tú pagas mi arrepentimiento como pagarías el amor. ¡Parece que te da igual! Yo no quiero seguir arrepintiéndome, quiero amarte y demostrártelo, quiero tomar la cruz que me tiendes amorosamente cada día, pero soy tan débil... Tengo vocación de guerrero, pero a la hora de la verdad, casi siempre me falta el valor, y cuando no me falta, es porque Tú me lo das todo.